con toda su tristeza
el alma de mi escrito
a las cuatro con cuarenta.
Se escuchan dos disparos,
hay una balacera;
(Lo sé porque me dieron)
a las cuatro con cuarenta.
Un niño que en el cielo
se le pierde su cometa
y llora en mis adentros
a las cuatro con cuarenta.
Yo sé cantar silencios
con el alma descubierta,
entonces me abandono
a las cuatro con cuarenta.
La lluvia se anticipa
mojando los poemas
que brotan de agonía
a las cuatro con cuarenta.
La tarde es muy delgada,
mas pesa con tu ausencia
¿será que estoy muriéndome
a las cuatro con cuarenta?