Entre dibujarte las piernas
o ver a través de tus ojos la noche,
prefiero quedarme bajo la lluvia de tu risa
mirando las burbujas de poesía
que reviento con los dedos.
Entre sugerirte como una guitarra
con el canto desnudo en mis brazos
o volar disperso
con la cometa del alma por tus sombras,
prefiero cercarme en el secreto de tus besos
para que nadie me encuentre
rimando tu nombre.
Si pudiera elegir
entre difuminarme en tu piel
o poner mi corazón en tus respiros,
escogería ser rocío
que resbala por la forma de tus rosas
para leer tu silencio y el mío.
Si tan sólo recitaras mi nombre,
mi destino cruzado,
o el modo infinito en que miro tus curvas,
seguramente
subiría hasta el cielo
con el alma preñada de tu esencia,
para lloverme de nuevo
en el verso terminado de tu boca...