Inmóvil de recuerdos.
El tiempo se hace flaco en mi silencio
y tose con el alma destapada,
no puedo decifrarme porque están
cortadas con cuchillo mis palabras.
En este invierno largo y desbordado
me arropo de mentiras y esperanzas,
inmóvil de recuerdos paso siempre
buscándole las formas al mañana.
Tal vez nadie perciba mi existencia
mas yo percibo siempre tu mirada,
tal vez nadie conozca la tristeza
que se empoza muy dentro de mi alma.
Yo voy por el camino de la vida
creyendo que al final de su jornada
regreses a mi casa con tus risas
o vaya yo al lugar de tu morada.
Me duele y sabe Dios que no es mentira,
saber que entre los dos una distancia
nos une con un vínculo amoroso
a todos los lugares donde vaya.
Te pienso más que nunca mi pequeño,
y canto cuando el alma nunca canta,
te extraño simplemente o complicado
al punto que mi ser se me derrama.
A veces me imagino sin canciones
metido al interior de una guitarra,
con esta pena honda que me quiebra
mi frágil corazón porque te extraña.
Mas fuerza no me falta y doy pelea
pues sé que adonde vaya me acompañas,
si duele —y duele mucho— sigo fuerte,
pues sé que yo te amo y tú me amas
y quieres de algún modo que yo siga
ganándole a la vida esta batalla,
mostrándole a este mundo mi semblante
cargado de entusiasmo y esperanza...