viernes, 26 de diciembre de 2014
El azul omnipresente
El azul omnipresente de tu alma,
el pequeño sol
que abastece de pájaros mi canto,
estalla en la sangre perpendicular
de mi estío,
en el meridiano de mi pecho,
si arrimas el incendio reversible
de tus labios
a mi boca conjurada de besos.
Rueda, por consiguiente
la moneda intocable de la tarde
por el camino sin recuerdo de mi abrazo,
hasta las grietas del silencio
hasta el cuarto menguante de tu mirar,
hasta el cántaro que rebalsa en tu cuerpo,
y me oprimo
en una sola pieza sin estrellas
en el dije incandescente
de tu corazón...
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