lunes, 18 de noviembre de 2013
El pequeño David
David es un infante como muchos, inquieto y atrevido. Explora los rincones de la vida palpando todo a su entorno; hace días se le nota diferente: Se ha ido el alborozo de las tardes y sus más vivaces juegos cotidianos; hay algo en este imberbe que ha regurgitado de inquietudes sus precoces pensamientos;
"Tata", su abuelo, un caballero de plateadas sienes, de un mirar oscuro un tanto místico, se ha ido de la casa. Ya los días no son iguales con la ausencia del senil, y David espera en el silencio su regreso sin que nadie sepa que lo extraña.
Cada tarde busca divisar a la distancia la azarosa imagen de su abuelo detrás de la ventana, pero hasta hoy ha sido en vano.
Nadie da razones o explicancias que arranquen esa arcana espina del novicio.
No obstante, asido a la esperanza, el pequeño lo aguarda sin ponerse condiciones, ignorando que "tata" se ha marchado de este mundo y no regresará jamás...
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...Que triste prosa, lo siento por David...que aguarda sus emociones,en la sentimental ausencia del abuelo.
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